Evangelio del Domingo 18º del Tiempo Ordinario


En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que, vayan a las aldeas y se compren de comer». Jesús les replicó: «No hace falta qué vayan, dadles vosotros de comer». Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces». Les dijo: «Traédmelos».
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
(Mateo 14, 13-21)


31 de Julio: San Ignacio de Loyola

"Ad Majorem Dei Gloriam"
"Para mayor gloria de Dios"
(Lema de San Ignacio)

Nació el año 1491 en Loyola, en las provincias vascongadas; su vida transcurrió primero entre la corte real y la milicia; luego se convirtió y estudió teología en París, donde se le juntaron los primeros compañeros con los que había de fundar más tarde, la Compañía de Jesús.

Ejerció un fecundo apostolado con sus escritos y con la formación de discípulos, que habían de trabajar intensamente por la reforma de la Iglesia. Murió en Roma el año 1556.

Cronología de La Vida de San Ignacio De Loyola

1491- Año probable del nacimiento de Ignacio de Loyola

1521- Colabora en la defensa de Pamplona acosada por el rey de Francia. Es herido en la pierna derecha y enviado a Loyola, donde pasa la convalecencia. En este tiempo caen en sus manos algunos libros piadosos que le hacen descubrir, en la vida de Jesús y de los Santos, un nuevo horizonte en su vida. Se produce en Ignacio una primera conversión. Experimenta, igualmente, una lucha interior entre deseos piadosos y deseos mundanos.

1522- San Ignacio comienza una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Montserrat. Una vez en Montserrat, hace una confesión general y deja sus vestidos y su espada. Continúa el camino hacia Manresa donde da comienzo a una vida de pobreza, oración, y penitencia. Después de un tiempo de turbación, escrúpulos, dudas y angustias, vivirá una singular experiencia de Dios que recordará toda la vida: "la ilustración del Cardoner". Igualmente comenzará a formular su experiencia espiritual con lo que da comienzo a lo que más adelante será el libro de los Ejercicios Espirituales.

1527- A lo largo de este año Ignacio vivirá dos procesamientos más y será encarcelado. Al salir de la prisión viaja a Salamanca. Nuevamente tendrá procesos inquisitoriales, se le prohibe predicar y enseñar materias teológicas por no haber hecho suficientes estudios. Ignacio decide marchar de Salamanca, pasa por Barcelona y se encamina a París.

1538- San Ignacio celebra su primera misa en la iglesia de ¨Santa María la Maggiore¨.

1540- Paulo III confirma la fundación de la Compañía de Jesús.

1541- Ignacio comienza la redacción de las Constituciones de la Compañía y es elegido superior general de la misma. A partir de este momento Ignacio vivirá permanentemente en Roma.

1556- Muerte de San Ignacio de Loyola. Es enterrado en el lugar donde actualmente está la iglesia del Gesú en Roma.

1609- El Papa Paulo V beatifica a Ignacio de Loyola.

1622- Canonización de Ignacio de Loyola por el Papa Gregorio XV.


El amor de Dios es la fuente del entusiasmo de Ignacio por la salvación de las almas, por las que emprendió tantas y tan grandes cosas y a las que consagró sus vigilias, oraciones, lágrimas y trabajos.

Se hizo todo a todos para ganarlos a todos y al prójimo le dio por su lado a fin de atraerlo al suyo. Recibía con extraordinaria bondad a los pecadores sinceramente arrepentidos; con frecuencia se imponía una parte de la penitencia que hubiese debido darles y los exhortaba a ofrecerse en perfecto holocausto a Dios, diciéndoles que es imposible imaginar los tesoros de gracia que Dios reserva a quienes se le entregan de todo corazón.

El santo proponía a los pecadores esta oración, que él solía repetir: "Tomad, Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Vos me lo disteis; a vos Señor, lo torno. Disponed a toda vuestra voluntad y dadme amor y gracia, que esto me basta, sin que os pida otra cosa".


Oración de San Ignacio de Loyola:
Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

Cuatrocientos años del Seminario Mayor


En este año 2011 recordamos que, hace 400 años, el 16 de diciembre de 1611, el obispo de la diócesis del Tucumán, Fray Fernando Trejo y Sanabria, según lo mandado por el Concilio de Trento y por una Real Cédula, erigió y fundó el Seminario en la ciudad de Santiago del Estero, bajo la advocación de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir, y lo encomendó a la Compañía de Jesús, previo acuerdo con su Provincial, el P. Diego de Torres. Su primer rector fue el misionero jesuita, P. Juan Romero, contando como colaboradores a los Padres Marco Antonio Deiotaro, Juan Darío y Horacio Morelli, y el Hermano Eugenio Valtodano. Fue inaugurado en los primeros meses del año siguiente, 1612, con sólo cuatro alumnos; de aquellos p

Este Seminario de Santa Catalina de Alejandría, que con los años mudará su nombre por el de Santo Tomás de Aquino primero, y luego por el de Nuestra Señora de Loreto, reconoce su «primer embrión» en el fundado por el mismo obispo Trejo y Sanabria por la constitución Nº 15 del primer sínodo del Tucumán en 1597. Este acontecimiento fue dignamente celebrado en nuestro Seminario en 1997, siendo rector el Pbro. Dr. Nelson Dellaferrera. A él pertenece la reseña histórica que transcribimos a continuación:

«El día de la Natividad de Nuestra Señora del año de 1597 fray Fernando de Trejo y Sanabria daba solemne inicio al primer sínodo del Tucumán que clausuraría en la festividad de San Miguel Arcángel el 29 de septiembre de ese mismo año. Realizada la visita pastoral a su extenso territorio, este santo y genial obispo franciscano comenzaba su labor pastoral con un sínodo y por una de sus constituciones erigía el Colegio Seminario para la formación de los futuros sacerdotes. Después continuaría con la organización de la diócesis en los sínodos de 1606 y 1607, la nueva erección del Colegio Seminario de Santa Catalina en 1611, la fundación del Seminario Convictorio de San Francisco Javier erigido en Córdoba en 1613 y en el mismo año funda el Monasterio de Santa Catalina de Siena y la Universidad.

«Hace pues 400 años que el obispo, previa Real Cédula, erigía y fundaba el Colegio Seminario en la Villa de la Nueva Madrid de las Juntas. Surgía así el primer embrión de esta institución. No sabemos quiénes fueron las autoridades, los profesores ni los alumnos de este Seminario, pero “por ciertos indicios podemos decir que el colegio vivió oscuramente luchando con las dificultades de los tiempos”

«El Colegio Seminario de Santa Catalina es trasladado a Córdoba juntamente con la sede episcopal en 1699. A partir de ese momento el obispo Manuel Mercadillo pondrá el Colegio Seminario bajo el patronazgo de Santo Tomás de Aquino. Su sucesor Pedro Miguel de Argandoña construirá el nuevo edificio contiguo a la Iglesia Catedral y en el sínodo de 1752 dictará las Reglas directivas y doctrinales que debían observarse en el Real Colegio Seminario y lo colocará bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto y Santo Tomás de Aquino.

«En 1838, ochenta y seis años más tarde, un decreto del gobernador Manuel López cierra el Seminario definitivamente y lo convierte en residencia del mismo gobierno. El Colegio Seminario sería reabierto en 1853 gracias al esfuerzo del gobernador Alejo Carmen Guzmán y del provisor José Gregorio Baigorrí. En 1861 el rector Dr. Uladislao Castellano y el Dr. Emiliano Cabanillas redactan una nueva constitución para el Seminario que es aprobada por el obispo José Vicente Ramírez de Arellano.

«En las postrimerías del siglo XIX, el obispo fray Reginaldo Toro encara la construcción del actual edificio ubicado en el barrio de Nueva Córdoba que es inaugurado por el obispo fray Zenón Bustos y Ferreira en 1908. El propulsor incansable de las obras del Seminario nuevo fue su rector José Anselmo Luque, quien a partir de 1913 es designado obispo titular de Fornos y auxiliar de Córdoba. Sus restos fueron inhumados en la capilla del actual Seminario en 1930.»

Con el mismo espíritu con el que en el año 1997 celebramos los 400 años de aquel «primer embrión» de nuestro Seminario; con el mismo espíritu con el que en el 2008 conmemoramos el centenario de la inauguración del actual edificio de Bº Nueva Córdoba; con ese mismo espíritu queremos ahora evocar, con admiración, el tesonero esfuerzo de quienes, enfrentando con esperanza las dificultades, hicieron posible el Seminario de Santa Catalina de Alejandría y cimentaron nuestro Seminario.

Nos sentimos llamados a hacer memoria agradecida, a celebrar con espíritu de humildad y de gratitud, porque todo lo que hoy somos y tenemos se lo debemos a Dios y a muchos hermanos que, antes de nosotros, vivieron la fe y se jugaron por ella; sostenidos por la gracia, trabajaron generosamente por consolidar y engrandecer nuestro Seminario. Su larga historia de más de cuatrocientos años tiene mucho para enseñarnos; nos habla del amor fiel del Dios providente que acompaña a su Pueblo por los caminos de la historia; nos invita a confiar esperanzadamente en la acción de la gracia, poniendo al mismo tiempo todo lo nuestro al servicio del Reino; nos llama a ser creyentes comprometidos con las exigencias de la justicia y la caridad, haciendo de nuestras vidas una ofrenda a Dios y a los hermanos en unión con la ofrenda eucarística de Jesús; nos desafía a abrirnos a la acción fecundante del Espíritu que nos da la vida, que hace nuevas todas las cosas y nos mueve a cantar con María la misericordia del Señor.

P. Félix Daniel Blanco   
http://www.seminariocordoba.org.ar/?cat=28  

26 de Julio: San Joaquín y Santa Ana - Día de los Abuelos

San Joaquín y Santa Ana

Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Virgen María. El culto aparece para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín un poco más tarde. La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.

Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían sus rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia, otra al templo y la tercera a los más necesitados.

Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios.

Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Y así Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el advenimiento de una hija singular, María. Esta niña, que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.

Catholic.net
Día de los Abuelos

Que no lo lea el mundo comercial, pero la fiesta de San Joaquín y Santa Ana podría ser muy bien el "Día de los abuelos". Esta entrañable pareja, que siguió de cerca los pasos de Jesús Niño, representa a todos aquellos que ponen un especial acento de ternura en la vida de sus nietos y tienen con ellos esa sintonía tan característica entre la vida que empieza y la que declina.

Los abuelos, si bien no son los primeros protagonistas en el desarrollo humano y cristiano de los niños, juegan en él un papel importantísimo y, en ocasiones, hasta suplen lo que los padres, por unas razones u otras, no pueden hacer. Éstos llevan, en efecto, el peso de la educación de sus hijos, pero los abuelos la complementan con su experiencia, su cariño y hasta poniéndole contraste a lo que los padres hacen, cuando permiten "caprichitos" que éstos niegan. Porque los nietos y los abuelos son unos aliados entrañables y traviesos para bien del desarrollo afectivo de los niños.

En ocasiones, la función de los abuelos se convierte en especialmente necesaria, cuando por alguna circunstancia tienen que suplir la falta de sus padres o sus carencias educativas. La Iglesia les recomienda el despertar religioso de sus nietos: acercarlos a los símbolos, a los sentimientos y a las actitudes cristianas y ponerlos en contacto con el mundo religioso que para ellos es tan queridos

Por todo eso y por otras muchas razones, que a ninguno se nos escapa, los abuelos bien merecen tener un día de homenaje al año, como lo tienen los padres y las madres.

Amadeo Rodríguez

Carta de los Obispos a cada uno de los católicos


7ª Campaña para el sostenimiento de la Iglesia.
Año 2011

Querida hermana, querido hermano:

Al acercarnos a tí con ocasión de la Campaña Anual para el sostenimiento de la Iglesia, queremos recordar una expresión del Apóstol San Pablo en la primera carta a los cristianos de Corinto (3,10): “Que cada cual se fije bien de qué manera construye”.

Como sucede en la vida de nuestras propias familias, así también las Comunidades Cristianas se edifican con el aporte de cada uno de los que las formamos. Así crecen o así decaen.

Hace cuatro años, en mayo de 2007, se realizó en  Aparecida un encuentro clave de Obispos, reflexionando sobre el desafío que hoy se le presenta a la Iglesia, a los cristianos: ser  “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan Vida”.

Y “para que nuestros pueblos en Él tengan Vida ”, Jesús cuenta contigo… con tu parroquia… con tu capilla… con tu familia... con tus amigos… con tu comunidad… ¡con todos nosotros!.

Sólo  podremos colaborar si somos mejores discípulos, mejores misioneros. Es claro que esto supone prestar atención a la Palabra de Dios,  rezar,  juntarse a intercambiar ideas,  imaginar caminos,  elegir medios. ¿Te animas?. ¡Vale la pena!

Y retomando la cita  bíblica inicial, San Pablo  proseguía diciendo: “El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo. Sobre él se puede edificar con oro, plata, piedras preciosas, madera, pasto o paja”.                                      

Acababa de decir: “Que cada cual se fije bien de qué manera construye”.

Hoy te invitamos a preguntarte: Yo ¿con qué seguiré construyendo?... ¿con lo mejor de mí? … ¿y sobre qué fundamento?

¡Acércate un poco más a tu comunidad para aportar tu tiempo, tu talento y tu dinero!

Que Santa María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, te anime y entusiasme.

Con nuestra bendición

Los Obispos de la Argentina                                                                                               

Conociendo nuestra Parroquia

Para los que no conocen nuestra Parroquia o incluso para los que van a Misa y no son muy observadores, queremos destacar estos hermosos frescos que se encuentran al entrar al templo por la puerta principal, a la derecha, sobre la pared del fondo.

Los presentes trabajos se han realizado con materiales de la zona. Estos nos recuerdan el arte colonial americano cuando las recetas venían de Europa y luego las obras se realizaban aquí con materiales del lugar. Por esta razón se pueden observar pequeños brillos en las pinturas, que corresponden a la mica que contiene la arena de Córdoba.

Se trata de cinco imágenes cuya temática se ha tomado de los relatos evangélicos y se los ha llamado “Convocatorias de Jesús”

Las dos primeras imágenes pintan la Navidad, en un ascenso hacia la luz, desde la necesidad  la esperanza, uniendo los niveles de la realidad y los ideales:

La tercera pintura corresponde a la multiplicación de los panes y los peces; el hambre del mundo y la convocatoria a dar de comer:

La cuarta imagen de esta serie representa el momento de Pentecostés, el viento renovador, la gran alianza:

La quinta pintura representa el reino de dios avanzando con la presencia prometida y espiritualizada de Jesús; el hombre y la humanidad nueva; y la plenitud del color en el remolino de la historia:

Estas pinturas fueron hechas en Diciembre de 2001. El diseño es de Julieta Troger y la realización estuvo a cargo de Baby Chretién, Jacinta Palacios, Tanto Revol y Julieta Troger.

Hay otro hermoso fresco en la parte lateral izquierda del templo, que fue realizado por los mismos autores, en marzo de 2002 y es la que mostramos a continuación:

Por último, del lado derecho encontramos una hermosa pintura de Cristo, que lleva la firma de H. Berreta y su imagen es:
De este modo vamos haciendo un recorrido por las hermoas pinturas que ornamentan el templo parroquial...

Carta abierta a los Ciudadanos/as

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina.
(Preámbulo. Constitución de la Nación Argentina)


Carta abierta a los Ciudadanos/as

Como Pastoral Social Arquidiocesana de Córdoba deseamos compartir con la ciudadanía –como lo hicimos con los candidatos/as- algunas reflexiones en este año electoral que transitamos.

Mirando nuestro presente podemos constatar, la disminución de la credibilidad en las instituciones públicas y el aumento de la desconfianza del pueblo, sumado a un menosprecio generalizado de la legalidad. Esto se da en amplios sectores de la población, especialmente en los jóvenes, en los cuales crece el desencanto por la política y particularmente por la democracia, pues las promesas de una vida mejor y más justa no se cumplieron o se cumplieron sólo a medias. Hay una escasa conciencia de que la calidad de la democracia y la participación política son frutos de la formación que se hace realidad solamente cuando los ciudadanos son conscientes de sus derechos fundamentales y de sus deberes correspondientes y los asumen (1).

Creemos que en el contexto de los Bicentenarios de la Patria y en este año electoral debemos tomar conciencia que la ciudadanía es mucho más que un estatus legal, es una manera de ser (de pensar, sentir y actuar) como protagonistas y responsables. La ciudadanía es una condición que se conquista a lo largo de la vida, y el proceso que permite esta adquisición es la educación, siempre que ésta comprenda a la totalidad de la persona y a todas las instancias de la vida humana.

¿Qué supone una conducta ciudadana? Un buen ciudadano es aquel que sabe hacer uso de su libertad, se conduce de acuerdo con las leyes y normas vigentes, ha excluido la solución violenta de los conflictos, es capaz de argumentar y encontrar consensos en los desacuerdos, asume las consecuencias de sus acciones, valora y acepta la autoridad aunque esté siempre vigilante de sus decisiones, puede ponerse en el lugar de quien no tiene sus mismas convicciones y cuida el medio ambiente, tanto como se preocupa por la relación con los demás.

Una conducta ciudadana es incompatible con el individualismo, la indiferencia política (que se puede manifestar de múltiples formas), la intolerancia ideológica, la falta de conciencia comunitaria, el conformismo, entre otras cosas.

El funcionamiento efectivo de nuestras instituciones democráticas depende de que cada uno de nosotros pueda vivir cada vez más coherentemente todo esto. Dicho en términos más simples, depende de que todas y cada una de nuestras conductas sea ciudadana.

Aunque nuestra responsabilidad ciudadana no se agota en el voto, la elección de nuestros gobernantes y representantes es un momento decisivo en la construcción de la calidad de nuestra democracia.

Por eso compartimos algunas sugerencias para asumir un compromiso como ciudadanos en este año electoral.

1. Nuestro voto es decisivo. Como ciudadanos debemos conocer los datos elementales de las opciones políticas, de manera tal que podamos formarnos una opinión fundada y elegir a conciencia. También es parte de nuestra responsabilidad tener memoria cívica, es decir, recordar la trayectoria del candidato, su servicio a la sociedad, su coherencia entre la promesa electoral y su accionar, su respeto por la ley y los principios constitucionales.

2. El candidato/a ¿se ha preocupado para difundir su programa de gobierno o simplemente se ha interesado por mostrar una figura atrayente? No puede de ninguna manera nuestro valioso voto ser expresión de una simpatía, de una promesa basada en subsidios o simplemente de la pertenencia a un partido tradicional.

3. ¿Los candidatos demuestran poner el Bien de la Nación, de su Provincia o Municipio por encima de los bienes partidarios o personales?

4. ¿El proyecto de cada candidato/a, ha contemplado el cuidado de la vida y la dignidad de las personas luchando contra la desnutrición, el desempleo, la falta de vivienda, el analfabetismo y el narcotráfico, entre otros?

5. Por último, ¿nuestro voto es coherente con nuestras convicciones morales y religiosas?

Escribimos estas preguntas y reflexiones con espíritu constructivo, sin dejar de interrogarnos sobre nuestras propias responsabilidades. Lo hacemos desde la fe en Jesucristo «que es la respuesta total, sobreabundante y satisfactoria a las preguntas humanas sobre la verdad y la justicia (2)».

(1)  CELAM. Doc. de Aparecida 77
(2)  CELAM. Doc. de Aparecida 380










Córdoba, 8 de junio de 2011

PASTORAL SOCIAL ARQUIDIOCESANA.
IGLESIA CATÓLICA EN CÓRDOBA.

Un amigo...

Es alguien que te acepta como eres, pero te ayuda a ser mejor.

Es alguien que goza con lo que a ti te encanta hacer.

Es alguien que te levanta el ánimo.

Es alguien que te ayuda a salir de un yo para formar un nosotros.

Es alguien con quien puedes bromear sin que se enoje.

Es alguien que te quiere por lo que tú eres, no por lo que sabes.

Es alguien que está seguro de tu cariño

Es alguien que no se queda mirando, sino el que te detiene para que juntos miren en una misma dirección.

Es alguien que te lleva hacer nuevos amigos.

Es alguien que busca tiempo para irte a ver.

Es alguien que saca la cara por ti cuando tú no estás.

Es alguien que se alegra cuando triunfas, y no te deja aunque fracases.

Es alguien que se interesa por tus cosas aunque sean pequeñas.

Es alguien que comparte tu soledad y tristezas, con sus alegrías y risas.

Es alguien que te sigue queriendo, pase lo que pase: hagas lo que hagas.

Es alguien que se lanza a decirte la verdad.

Es alguien que no te negará ayuda.

Es alguien que siempre tiene las puertas abiertas.

Amigo es aquel que te invita a correr el camino de la vida y la felicidad.

Eso es un AMIGO…. Lo más parecido a JESÚS…

La vida


La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es  belleza, admírala.
La vida es bienaventuranza, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un desafío, enfréntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es un tesoro, cuídalo.
La vida es una riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, realízala.
La vida es una tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una lucha, acéptala.
La vida es una aventura, arriésgate.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.

Madre Teresa de Calcuta

El apostolado de la sonrisa


Basta levantar una leve sonrisa en tus labios, para levantar el corazón de los demás; para mantener el buen humor; para conservar la paz del alma; para ayudar a la salud; para embellecer tu cara; para despertar buenos sentimientos; para inspirar generosas obras.

Sonríe hasta que notes que tu constante seriedad y severidad se hayan desvanecido.  Sonríe hasta entibiar tu propio corazón con ese rayo de sol que es tu sonrisa.  Sonríe e irradia tu sonrisa a tu alrededor; esa sonrisa tienen muchos trabajos que hacer; ponla al servicio del apostolado, es decir, al servicio de Dios y de tu prójimo.

Sonríe, pues esa sonrisa tiene muchos trabajos que hacer; ponla al servicio de Dios. Tú puedes ser un apóstol de Dios, un instrumento en las manos de Dios por medio de tu sonrisa. Sonríe a los tristes, para que se alegren. Sonríe a los tímidos, para que se animen. Sonríe a los amigos, para que gocen. Sonríe a los jóvenes, para que se entusiasmen. Sonríe a los ancianos, para que conserven la esperanza. Sonríe en tu familia, para crear un ambiente agradable. Sonríe en tus penas, para disiparlas.

Sonríe en las pruebas, para hacerlas meritorias. Sonríe en tus soledades, para que las acompañes: deja que todos se alegren con la simpatía y belleza de tu cara sonriente.

Cuenta, si puedes, el número de sonrisas que has distribuido entre los demás cada día, su número te indicará cuántas veces has transmitido alegría, satisfacción, ánimo o confianza en el corazón de los demás.

La influencia de tu sonrisa puede obrar maravillas que quizá tú mismo no puedes reconocer.

Tu sonrisa puede llevar esperanza y abrir horizontes a los agobiados, a los deprimidos, a los descorazonados, a los tentados y a los desesperados.  Tu sonrisa puede ser el primer paso que lleve a los demás a la fe y a los brazos de Dios.

Sonríe a Dios, mientras aceptas todo lo que El te permite. Sonríe a los hombres en tu trato diario con ellos.

Sonríete a ti mismo en cada momento de tu vida.

Primeras palabras del Padre Pedro

Querida Comunidad:

Muchas veces pienso en las palabras del Papa Juan Pablo II que señalan que el gran desafío del tercer milenio es “hacer de la Iglesia casa y escuela de comunión”. La eclesiología de comunión es uno de los grandes ejes del Concilio Vaticano II que Juan Pablo invitaba a releer, estudiar e interiorizar desde su primer mensaje hasta su testamento.

Siempre he creído que no es posible la comunión sin la comunicación, y esta requiere de muchos espacios, de muchos medios, e incluso del silencio. Implementar este blog es abrir una instancia más, es sembrar una semilla que incentive al encuentro personal y personalizante con Jesús y con los hermanos.

La propuesta es técnicamente humilde, pero esperanzadamente grande. Así como Jesús encontró algunos de sus discípulos arreglando las redes, que la sede parroquial pueda ser lugar de encuentro, comunidad de comunidades en la que integremos su historia y sus peculiaridades, con los carismas laicales y religiosos de todos los bautizados que peregrinamos en esta zona de nuestra Iglesia particular, y nos sumemos así a la Nueva Evangelización, como hermanos y ciudadanos comprometidos con todos, especialmente con los pobres débiles y sufrientes.

Que Nuestra Señora del Valle, madre de Cristo y de la Iglesia nos acompañe.